Es una delicia para los sentidos y una de mis terrazas preferidas de Barcelona.
Un jardín para quedar, y para quedarse. Uno de los lugares “más” de la ciudad donde ver y ser visto mientras se disfruta de unos de los jardines más bonitos de Barcelona.
De día el sol y la vegetación aportan calidez y naturalidad a este espacio, y de noche, la tenue iluminación es mágica para crear un ambiente íntimo único.