El restaurante La Caraba es perfecto para cambiar un día el ambiente más masificado menorquín por un clásico más relajado.
En una antigua casa de campo, la sala se distribuye en una terraza-jardín de muros encalados, mesas de madera, vegetación y toldos blancos, ideal para las noches veraniegas.
Con Clientela fiel ya desde su apertura en 1985, es recomendable reservar pues únicamente hace el servicio de cenas.