Hay algo casi mágico en Menorca. Será la calma que se respira incluso en temporada alta, el vaivén suave del mar turquesa o el verde que se impone en el interior de la isla. Pero si hay algo que eleva esa experiencia a otro nivel, es sentarse en una terraza menorquina, copa en mano, y saborear la vida plato a plato. Hoy en Terrazeo, te traigo una selección de restaurantes que combinan la excelencia culinaria —algunos con estrella, otros con alma de estrella— con entornos donde cada comida se convierte en un ritual de belleza y sabor.
Si lo tuyo es el terraceo con sustancia, sigue leyendo: estos cinco lugares no son solo “sitios donde comer”, son experiencias sensoriales completas. Bienvenidos a los mejores restaurantes con terraza en Menorca.
GODAI: JAPÓN Y MENORCA CON VISTAS DE INFARTO
Cuando el chef Julián Mármol aterrizó en Menorca con su propuesta gastronómica, trajo algo más que sushi y técnica impecable. En Godai, ubicado en el hotel Suites del Lago, se vive un matrimonio casi poético entre la cocina japonesa de autor y el producto menorquín más noble.
Y sí, claro que se come increíble (ese usuzukuri de langosta te va a volar la cabeza), pero lo que de verdad te rompe por dentro es la terraza con vistas al puerto deportivo de Ciutadella. Al atardecer, el cielo se tiñe de oro líquido y los barcos parecen suspendidos en acuarela. Es de esos lugares donde brindas por estar vivo… y por haber reservado mesa.
Godai no solo es un templo de la cocina nipona: es un santuario del terraceo elegante, de esos que hacen que una cena se transforme en una postal que no vas a querer borrar nunca.
📍 Ciutadella de Menorca | €€€€ | Japonesa contemporánea
CA NA PILAR: EL ENCANTO DEL PRODUCTO Y UN PATIO QUE ENAMORA
Ca na Pilar es un susurro. Una casa tradicional bicentenaria a la entrada de Es Migjorn Gran que esconde, tras su fachada discreta, uno de los patios-terraza más bonitos y tranquilos de la isla. Aquí no hay pretensiones, pero sí hay pasión honesta por el buen producto.
La cocina se mueve entre lo local y lo afrancesado, entre la tierra y el mar, entre la sencillez y los detalles que te hacen sonreír. ¿Nuestra recomendación? El carpaccio mar y montaña de vieiras: pura sutileza.
Cenar en su coqueto patio bajo la higuera, con faroles encendidos y una brisa que acaricia el alma, es una de esas cosas que no se pueden medir en estrellas, pero que se quedan grabadas para siempre.
📍 Es Migjorn Gran | €€ | Cocina actual y de mercado
ES CRANC: LA REINA CALDERETA Y EL TERRITORIO DEL BABERO
Si lo tuyo es el mar, el marisco, y la felicidad simple de mojar pan con las manos, Es Cranc es tu lugar. Esta casa menorquina de paredes encaladas y alma marinera es sinónimo de caldereta de langosta, de esas que justifican un viaje por sí solas.
No esperes lujos ni sofisticaciones: aquí lo que se sirve es sabor, historia y autenticidad. Y sí, te dan un babero para que te entregues al festín sin miedo ni mancha.
Su terraza con vistas al puerto de Fornells tiene ese aire de chiringuito refinado que tanto nos gusta. Es un lugar donde las risas se mezclan con el crujido del pan y los brindis con vino blanco helado. Comer aquí es una celebración de la vida marina, literal y metafóricamente.
📍 Fornells | €€ | Cocina tradicional de pescados y mariscos
TORRALBENC MENORCA: VINOS, PAZ Y TERRAZAS ENTRE VIÑEDOS
Torralbenc es de esos lugares que parecen sacados de un sueño. Una finca tradicional reconvertida en hotel boutique con viñedos propios, arquitectura impecable y una terraza con vistas a la naturaleza salvaje del sur de la isla.
La propuesta gastronómica, guiada por el chef Gorka Txapartegi (sí, el de Alameda, con estrella Michelin), combina elegancia y sabor local. Productos autóctonos, cocinados con técnica europea y mimo menorquín.
Aquí el terraceo se convierte en una experiencia multisensorial: el silencio del campo, la luz dorada del atardecer, el vino de la propia finca, y un plato que parece diseñado para acompañar el momento exacto en el que el cielo se tiñe de rosa.
📍 Cala en Porter | €€€€ | Cocina de mercado
SANTA MARIANA: CREATIVIDAD QUE FLORECE EN LA NATURALEZA
Santa Mariana es un pequeño universo rural donde el tiempo se diluye. Ubicado en un antiguo caserío menorquín con encanto, rodeado de huerto ecológico, olivos, gallinas y corderos, este restaurante es el ejemplo perfecto de cómo la sostenibilidad puede ser deliciosa.
La terraza es mágica. De esas en las que el aire huele a campo limpio y todo está en equilibrio. La carta se mueve entre la creatividad y la tradición, con un menú llamado El Renacer que no solo juega con la técnica, sino con el alma.
Aquí, cada plato está conectado con la tierra que lo rodea. No es solo un sitio para comer bien: es un lugar para reconectar, con uno mismo, con el paisaje, con la cocina que respeta el entorno.
📍 Alaior | €€€ | Cocina creativa de proximidad
¿POR QUÉ ESTOS RESTAURANTES SON IMPERDIBLES?
Porque en Menorca, comer en una terraza no es solo una cuestión de vistas. Es una forma de entender el placer, un modo de vivir sin prisa, un homenaje al producto local, al ritmo de las olas o del campo.
Estos restaurantes no solo ofrecen cocina de alto nivel —algunos con estrella Michelin, otros con alma de estrella—, sino que lo hacen en espacios al aire libre donde cada bocado se mezcla con el cielo abierto, con la brisa, con los sonidos auténticos de la isla.
No hay terraza más mágica que la que transforma una comida en una emoción. Y en Menorca, eso sucede más a menudo de lo que crees.
EN TERRAZEO, LA ISLA SE SABOREA DESDE ARRIBA
Desde Godai hasta Santa Mariana, cada uno de estos restaurantes representa lo mejor del terraceo elevado: buena cocina, buena compañía, buen entorno y, sobre todo, ese feeling de estar justo donde tienes que estar.
Sigue explorando en Terrazeo para descubrir más lugares donde la gastronomía y el paisaje se dan la mano. Porque cuando el terraceo se vuelve arte, lo único que puedes hacer es sentarte, brindar y disfrutar.
¿Nos vemos comiendo en Menorca?